Hay muchas razones por las que un detector de gas portátil puede no reaccionar al gas, algunas de las cuales no son evidentes para el usuario. Cuando se enciende un instrumento, se puede ver que la batería y la pantalla funcionan correctamente, pero ¿qué ocurre con los componentes electrónicos internos que desempeñan un papel fundamental en la protección? ¿Funcionan todos los sensores y alarmas, se han inhibido al utilizar una solución de limpieza incorrecta o sus aberturas han quedado obstruidas por el barro? ¿Cómo saberlo?
Una prueba funcional es la única forma de garantizar que todo el detector de gas funciona correctamente. Comprueba que los sensores responden al gas objetivo, también verifica que la pantalla reacciona. Confirma que todas las alarmas están activadas y que el detector entra correctamente en alarma.
¿Cómo funciona?
El objetivo de la prueba funcional es asegurarse de que un monitor de gas funciona de forma óptima exponiendo brevemente la unidad a una concentración conocida del gas objetivo. La lectura se compara con la cantidad real de gas presente, tal y como se indica en la botella de gas de prueba, y si el detector entra en alarma dentro de un rango aceptable de la concentración real, normalmente dentro del 10%, entonces está funcionando de forma segura. Si los resultados de la prueba funcional no se encuentran dentro del intervalo aceptable, o si el detector tarda más de 30-40 segundos en activar la alarma, no debe utilizarse hasta que se haya realizado una calibración completa.
Entonces, ¿por qué la gente sigue sin hacer pruebas de choque con regularidad?
La lista de razones es siempre la misma:
- Tarda demasiado
- Es muy difícil y requiere entrenamiento
- No hay ninguna ley que diga que tenemos que
Sin embargo, el tiempo medio para realizar el bump test es de 20-30 segundos, ¡menos tiempo del que se tarda en ponerse el resto del EPI! Dependiendo del detector utilizado, puede haber sistemas semiautomatizados o automatizados para realizar el bump test, lo que simplifica mucho el procedimiento. Los mejores pueden configurarse de modo que sólo haya que insertar el detector y éste se encargue del resto, desde la aplicación del gas hasta el registro de los resultados a efectos de cumplimiento de la normativa. La formación es mínima o nula, aunque no por ello deja de ser necesaria.
La recomendación del fabricante sugerirá una frecuencia para las pruebas, aunque la frecuencia de uso de la unidad también puede ser relevante. El usuario debe realizar una evaluación de riesgos con respecto a la frecuencia de las pruebas funcionales para garantizar la seguridad de sus operarios y tener en cuenta las recomendaciones de ATEX. Es cierto que las leyes no son claras, pero están redactadas de tal manera que las pruebas funcionales son un requisito. Al fin y al cabo, si algo sale mal, ¿qué justificaría que las autoridades no realizaran pruebas funcionales?
*Recuerde que, por muy frecuentes que sean las pruebas funcionales, esto no elimina la necesidad de que los detectores de gas sean inspeccionados, calibrados y revisados periódicamente por una persona competente.
VISIÓN DEL SECTOR
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