h2
Hidrógeno
El hidrógeno (H2) constituye aproximadamente el 75% de los gases de la Tierra, se encuentra en la luz, el agua, el aire, las plantas y los animales, así como combinado con otras sustancias químicas, y es el elemento más abundante del universo conocido.
Sin embargo, es incoloro, insípido e inodoro, lo que dificulta su detección en distintos entornos.
Aunque el hidrógeno no es tóxico, es notoriamente inflamable y las concentraciones elevadas en espacios confinados desplazan al oxígeno, por lo que la detección de gases es fundamental para proteger al personal en riesgo de exposición.
Inodoro, incoloro e insípido
Llama invisible
Altamente combustible
Más ligero
que el aire
No es tóxico pero puede desplazar el oxígeno
Más sobre el hidrógeno
Peligro | Extremadamente inflamable, riesgo de explosión, asfixiante en altas concentraciones |
Clasificación | Gas inflamable |
Límites de exposición | (OSHA) PEL\TWA: Sin límite específico (considerado asfixiante) |
Industrias presentes | Refino de petróleo, fabricación de productos químicos, electrónica, pilas de combustible, soldadura |
Efectos sobre la salud | Asfixia en áreas confinadas, generalmente no tóxico a bajas concentraciones |
Impacto medioambiental | Sin impacto medioambiental directo, pero puede contribuir a la reducción de la capa de ozono a gran altitud. |
Duración en el aire | Se dispersa rápidamente en la atmósfera debido a su poco peso |
Aunque no es tóxico, el hidrógeno puede acumularse en espacios interiores y confinados, lo que puede provocar el desplazamiento del oxígeno. En espacios como las salas de almacenamiento de baterías, por ejemplo, la acumulación de hidrógeno puede causar confusión, mareos, náuseas e irritación del sistema respiratorio. En casos graves, provoca asfixia e incluso la muerte.
Como combustible, el hidrógeno también es muy inflamable, por lo que, en caso de fuga, existe un grave riesgo de incendio y explosión. El hidrógeno se dispersa hacia arriba y, si se inflama, arderá más fácilmente que la gasolina o el gasóleo. Los incendios pueden iniciarse con una simple chispa de electricidad estática producida por el dedo de una persona, y como las llamas de hidrógeno son invisibles a simple vista y no producen calor fácilmente detectable hasta que se encuentran peligrosamente cerca, identificar esos incendios puede resultar difícil.
Como sustancia comprimida, el hidrógeno se almacena y traslada en tanques de hidrógeno licuado, lo que lo hace muy frío. Por ello, las fugas en los depósitos pueden provocar graves congelaciones, o incluso la pérdida de extremidades.
En caso de exposición al hidrógeno, las personas deben evacuar inmediatamente la zona peligrosa y los equipos de rescate deben actuar con cautela al acercarse a los heridos, por si pudieran resultar dañados por peligros invisibles.
El hidrógeno puede causar confusión, mareos, náuseas e irritación del sistema respiratorio. En caso de contacto con la piel y para mitigar la congelación, debe bañarse inmediatamente la zona afectada con agua caliente y quitarse la ropa y las joyas de la zona afectada. En caso de inhalación, debe administrarse inmediatamente respiración artificial de rescate o reanimación cardiopulmonar.
Cómo detectar el HIDRÓGENO
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