Nh3
Amoníaco
El amoníaco (NH3), un gas incoloro y acre, es un compuesto de nitrógeno e hidrógeno que puede encontrarse en diversos entornos industriales comunes.
El amoníaco se caracteriza por ser un gas inflamable, aunque es difícil de encender.
El amoníaco es una sustancia natural que se encuentra en el aire, el suelo y el agua, y es el único gas alcalino común. Como irritante, el amoníaco se vuelve cada vez más molesto con concentraciones más altas, y se considera altamente tóxico. Para garantizar la seguridad de los trabajadores, utilice un detector de amoníaco para controlar los niveles de exposición.
Incoloro con olor acre
Inflamable pero difícil de encender
Extremadamente tóxico
De origen natural
Corta vida atmosférica
Más información sobre AMMONIA
Peligro | Tóxico, corrosivo y muy irritante para las vías respiratorias, los ojos y la piel. Difícil de quemar (LEL 15%). |
Clasificación | Extremadamente tóxico |
Límites de exposición |
(OSHA) PEL\TWA: 50 ppm. |
Industrias presentes | Producción de fertilizantes, refrigeración, fabricación de productos químicos, agricultura |
Efectos sobre la salud | Irritación respiratoria, quemaduras oculares y cutáneas, tos, posibilidad de daño pulmonar crónico |
Impacto medioambiental | Puede provocar la eutrofización de las masas de agua, perjudicial para la vida acuática |
Duración en el aire | Puede persistir en la atmósfera de horas a días, dependiendo de las condiciones ambientales |
El amoníaco está clasificado como una sustancia extremadamente peligrosa y, a menos que se realice un buen mantenimiento, pueden producirse fugas catastróficas de amoníaco de los sistemas de refrigeración que podrían provocar fácilmente lesiones e incluso la muerte.
Debido a su naturaleza corrosiva, pueden producirse incidentes graves cuando se rompen las tuberías o hay fugas en los retenes de los ejes, las bridas de las tuberías o las válvulas durante el mantenimiento. El amoniaco supone un riesgo tanto tóxico como inflamable y es cáustico en su forma concentrada.
Los riesgos asociados a la fuga de gas dependerán del lugar y del tamaño de la fuga, de si ésta se produce en el interior o en el exterior, de la naturaleza y la calidad de la ventilación y de los niveles de humedad de la atmósfera, todo lo cual repercute en los niveles de toxicidad o riesgo de explosión.
En caso de exposición al amoníaco, salga inmediatamente al aire libre y lave la piel y los ojos afectados con abundante agua, si es posible con suero fisiológico. Quítese la ropa contaminada para evitar una mayor exposición. Busque atención médica si experimenta síntomas persistentes como tos o dificultad para respirar. Si no hay peligro, ventile la zona para dispersar el gas. Evite el uso de cualquier remedio no aprobado y siga el consejo médico profesional para el tratamiento.
Cómo detectar la AMONIA
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