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Cómo funcionan los sensores de O2 de larga duración

Los sensores de O2 de larga duración incorporan una avanzada tecnología electroquímica para detectar y medir los niveles de oxígeno en el ambiente, para una clara visibilidad de la calidad del aire. Funcionan permitiendo que las moléculas de oxígeno se difundan a través de una membrana selectiva hasta un electrodo, donde se produce una reacción química. Esta reacción genera una corriente proporcional a la concentración de oxígeno, proporcionando lecturas precisas de los niveles de oxígeno presentes.

Diseñados para un funcionamiento prolongado, estos sensores reducen al mínimo la frecuencia de las sustituciones y el mantenimiento necesarios, al tiempo que garantizan un rendimiento fiable en diversas aplicaciones.

  • Precisión

Los sensores de O2 de larga duración ofrecen una precisión excepcional, garantizando mediciones coherentes y fiables de las concentraciones de oxígeno. Son capaces de detectar incluso pequeñas variaciones en los niveles de oxígeno, lo que los hace ideales para entornos en los que el control de la calidad del aire es esencial, como entornos industriales y espacios confinados. Su avanzado diseño minimiza el riesgo de deriva con el paso del tiempo, proporcionando confianza en la supervisión de la seguridad y el cumplimiento de las normas reglamentarias.

  • Fiabilidad

Los sensores de O2 de larga duración están fabricados para ofrecer fiabilidad a largo plazo, con una vida útil de hasta cinco años. Su robusta construcción permite un funcionamiento eficaz en diversas condiciones, incluidas las fluctuaciones de temperatura y la humedad elevada. Esta durabilidad garantiza una seguridad y un rendimiento continuos, reduciendo la probabilidad de fallos del sensor y mejorando la eficacia operativa en aplicaciones críticas.

  • Mantenimiento

El mantenimiento de los sensores de O2 de larga duración es sencillo y mínimo, y sólo requiere una calibración rutinaria y pruebas funcionales para garantizar lecturas precisas. Con un cuidado adecuado, que incluya comprobaciones periódicas del rendimiento y la supervisión de los tiempos de respuesta, estos sensores deberían funcionar eficazmente durante toda su vida útil. Esta menor frecuencia de mantenimiento no sólo reduce los costes, sino que también minimiza el tiempo de inactividad, lo que permite un funcionamiento ininterrumpido en entornos sensibles desde el punto de vista de la seguridad.

Ventajas de los sensores de O2 de larga duración

  • La primera garantía de 5 años del sector
  • Sin plomo para cumplir la directiva RoHS
  • Reducción de la sustitución de sensores
  • Menor coste de propiedad
  • Reducción del impacto medioambiental

Aplicaciones de los sensores de O2 de larga duración

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