Construcción y retos clave del gas

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22 de octubre de 2024

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Los trabajadores del sector de la construcción están expuestos a una amplia variedad de gases peligrosos, como el monóxido de carbono (CO), el dióxido de cloro (CLO2), el metano (CH4), el oxígeno (O2), el sulfuro de hidrógeno (H2S) y los compuestos orgánicos volátiles (COV).

Mediante el uso de equipos específicos, el transporte y la realización de actividades específicas del sector, la construcción es uno de los principales contribuyentes a la emisión de gases tóxicos a la atmósfera, lo que también significa que el personal de la construcción corre un mayor riesgo de ingestión de estos contaminantes tóxicos.

Los retos que plantea el gas pueden encontrarse en una gran variedad de aplicaciones, como el almacenamiento de materiales de construcción, los espacios confinados, la soldadura, la apertura de zanjas, la limpieza del terreno y la demolición. Garantizar la protección de los trabajadores del sector de la construcción frente a la multitud de peligros que pueden encontrar es muy importante. Con especial atención a la protección de los equipos frente a daños causados por gases tóxicos, inflamables y venenosos, o su consumo.

Desafíos del gas

Entrada en espacios confinados

Los trabajadores están más expuestos a los gases y humos peligrosos cuando trabajan en espacios confinados. Los que entran en estos espacios deben estar protegidos de la presencia de gases inflamables y/o tóxicos como compuestos orgánicos volátiles (ppm COV), monóxido de carbono (ppm CO) y dióxido de nitrógeno (ppm NO2). La realización de mediciones de espacio libre y comprobaciones de seguridad previas a la entrada es primordial para garantizar la seguridad antes de que un trabajador entre en el espacio. Mientras se trabaja en espacios confinados, se debe llevar un equipo de detección de gases de forma continua en caso de que se produzcan cambios ambientales que hagan que el espacio deje de ser seguro para trabajar en él, debido a una fuga, por ejemplo, y sea necesaria la evacuación.

Zanjas y entibaciones

Durante los trabajos de excavación, como la apertura de zanjas y el apuntalamiento, los trabajadores de la construcción corren el riesgo de inhalar gases nocivos generados por materiales degradables presentes en determinados tipos de suelo. Si no se detectan, además de suponer riesgos para los trabajadores de la construcción, también pueden migrar a través del subsuelo y las grietas hasta el edificio terminado y perjudicar a los residentes de las viviendas. Las zonas zanjadas también pueden tener niveles reducidos de oxígeno, así como contener gases tóxicos y sustancias químicas. En estos casos deben realizarse pruebas atmosféricas en las excavaciones que superen el metro y medio. También existe el riesgo de golpear líneas de servicios públicos al excavar, lo que puede causar fugas de gas natural y provocar la muerte de trabajadores.

Almacenamiento de material de construcción

Muchos de los materiales utilizados en la construcción pueden liberar compuestos tóxicos (COV). Éstos pueden formarse en diversos estados (sólido o líquido) y proceder de materiales como adhesivos, madera natural y contrachapada, pintura y tabiques de construcción. Entre los contaminantes se encuentran el fenol, el acetaldehído y el formaldehído. Cuando se ingieren, los trabajadores pueden sufrir náuseas, dolores de cabeza, asma, cáncer e incluso la muerte. Los COV son especialmente peligrosos cuando se consumen en espacios confinados, debido al riesgo de asfixia o explosión.

Soldadura y corte

Durante el proceso de soldadura y corte se producen gases, como el dióxido de carbono procedente de la descomposición de los fundentes, el monóxido de carbono procedente de la descomposición del gas de protección de dióxido de carbono en la soldadura por arco, así como ozono, óxidos de nitrógeno, cloruro de hidrógeno y fosgeno procedentes de otros procesos. Los humos se generan cuando un metal se calienta por encima de su punto de ebullición y sus vapores se condensan en finas partículas, conocidas como partículas sólidas. Estos humos son obviamente un peligro para quienes trabajan en el sector e ilustran la importancia de contar con equipos fiables de detección de gases para reducir la exposición.

Normas de salud y seguridad

Las organizaciones que trabajan en el sector de la construcción pueden demostrar su credibilidad y seguridad operativa obteniendo la certificación ISO. ISO (Organización Internacional de Normalización) se divide en varios certificados diferentes, todos los cuales reconocen diversos elementos de seguridad, eficiencia y calidad dentro de una organización. Las normas abarcan las mejores prácticas en materia de seguridad, sanidad, transporte, gestión medioambiental y familia.

Aunque no son un requisito legal, las normas ISO están ampliamente reconocidas por hacer de la industria de la construcción un sector más seguro al establecer definiciones globales de diseño y fabricación para casi todos los procesos. Esbozan especificaciones de buenas prácticas y requisitos de seguridad en el sector de la construcción desde la base.

En el Reino Unido, otras certificaciones de seguridad reconocidas son las siguientes NEBOSH, IOSH y CIOB todos ellos ofrecen formación variada sobre salud y seguridad para que los profesionales del sector amplíen sus conocimientos sobre el trabajo seguro en su campo.

Para saber más sobre los retos del gas en la construcción, visite nuestrapágina sobre la industriapara más información.

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